LA NICOTINA, SU EFECTO SOBRE EL CEREBRO
Si bien son los pulmones los órganos que inician la
absorción de la nicotina contenida en el tabaco, es el cerebro su principal
sitio de acción. La razón
neurológica por la cual el tabaco es altamente adictivo se centra en su
principal componente: la nicotina, y en los receptores cerebrales responsables
de disparar la cascada de acciones que la nicotina genera en el organismo.
Las
enfermedades inducidas por el cigarrillo son varias, a saber: cáncer de pulmón -principal causa de
muerte secundaria al hábito de fumar-, alteraciones cardiovasculares,
enfermedad pulmonar crónica severa, infecciones, diabetes, úlceras
gastrointestinales, osteoporosis, trastornos reproductivos, complicaciones
postquirúrgicas severas, retraso en la cicatrización de heridas, y alto riesgo
de accidentes por quemaduras.
Ruta de la nicotina hacia el cerebro
El
humo del cigarrillo libera nicotina, y al ser inhalado directa (fumadores
activos) o indirectamente (fumadores pasivos), las pequeñas partículas
de nicotina siguen el camino de las vías respiratorias superiores hasta llegar
a los pulmones en donde rápidamente son absorbidas hacia la circulación venosa
pulmonar y de allí hacia la circulación arterial en ruta directa hacia el cerebro.
Entre
la inhalación del humo y la llegada de la nicotina al cerebro pasan apenas unos
pocos segundos.
Acción de la nicotina
en el cerebro
Una
vez en el cerebro, la nicotina se une rápidamente a sitios específicos de los receptores
colinérgicos nicotínicos (receptores que ligan principalmente al
neurotransmisor acetilcolina), y desencadena la entrada de sodio o calcio a las
neuronas (ambos con carga positiva).
El
aumento de positividad dentro de las células cerebrales provoca la apertura de
canales de calcio voltaje dependiente y una mayor entrada del mismo a las
neuronas, creándose un ciclo vicioso entre la liberación de los
neurotransmisores y la reentrada de calcio a las neuronas.
Los
neurotransmisores, entre ellos la dopamina
-crucial en todo proceso de adicción- liberados como respuesta a la interacción
de la nicotina con los receptores, producen efectos de placer y recompensa; e
instalan la necesidad de continuar fumando para obtener la sensación
placentera, y para evitar los efectos indeseables de la abstinencia.
Dado
que la nicotina, además, disminuye el umbral a la sensación de recompensa
cerebral y teniendo en cuenta que este estado comienza a los pocos segundos de
la inhalación y puede durar hasta 30 días, es fácil deducir la mortal trampa
que el cigarrillo presenta cuando su hábito se torna inmanejable. La voluntad no
cambia el proceso dado que la dependencia se basa en los cambios químicos y
moleculares cerebrales disparados por la nicotina.
Tolerancia a la
nicotina, abstinencia y adicción: mecanismos cerebrales
Los
mensajeros químicos del cerebro o neurotransmisores que participan en el
proceso de tolerancia, abstinencia y adicción a la nicotina son:
- Dopamina:
rol principal en la sensación del placer y de la recompensa, y en el
refuerzo de la búsqueda de la fuente que genera ese placer (condicionadora
del hábito de fumar).
- GABA
o ácido gamma aminobutírico: inhibe la liberación de dopamina, pero su
efecto es transitorio.
- Glutamato:
entra en acción cuando el GABA se desensibiliza y genera un efecto
opuesto. Reproduce y mantiene el nivel de excitación a través de la
"ahora no controlada por el GABA" dopamina.
- Hipocretinas:
producidas en el hipotálamo lateral, regulan los efectos estimulantes de
recompensa cerebral disparados por la nicotina.
Las
regiones cerebrales que participan en el fenómeno nicotínico son esencialmente
aquellas relacionadas con la liberación y acción de la dopamina y con la
población de receptores nicotínicos, sumadas sus interconexiones cerebrales, a
saber:
- Área
mesolímbica (relacionada con el procesamiento de las emociones)
- Cuerpo
estriado
- Corteza
Frontal
- Área tegmental ventral, cerebro medio y núcleo accumbens (áreas cruciales en la sensación de recompensa inducida por el consumo de drogas)
Neuroadaptación a la
nicotina
La
consecuencia del consumo habitual de nicotina genera un aumento de los sitios
de unión a la misma en los receptores colinérgicos cerebrales (más nicotina
llega al cerebro, más sitios de unión se crean), razón por la cual para
mantener los sitios ocupados y mantener un nivel de placer estable, el fumador
requerirá cada vez mayores “dosis“ de nicotina. Se cree que la
desensibilización de los receptores es la causa del aumento de los sitios de
unión a la nicotina. Este proceso recibe el nombre de “neuroadaptación” o el
más usado término de “tolerancia“.
A
la cascada de eventos, agrega Benowitz, se suma el factor liberador de
corticotrofina extra-hipotalámico, el cual estimula la liberación del mismo
factor a nivel cerebral (amígdala) durante el período de abstinencia, generando
mayor estrés y ansiedad.
Síntomas de
abstinencia a la nicotina
Los
efectos placenteros secundarios al acto de fumar, así como los posibles efectos
subjetivamente "positivos" para el fumador (aumento de placer,
disminución de la ansiedad y del estrés, facilitación de la digestión, mayor
concentración en algunas tareas y pérdida de peso) se instalan tan rápido como
se instala la dependencia a la nicotina.
El
fumador irá por más para sentir lo mismo, y ahí reside la gran trampa, porque
cada vez necesitará más para sentir lo mismo, mecanismo fundamental (y
altamente nocivo) de toda adicción.
La
sensación de falta de nicotina en el cuerpo genera irritabilidad, depresión,
cansancio, insomnio, ansiedad, y en algunos casos cuadros que podrían ser
confundidos con patologías psiquiátricas en las cuales la anhedonia o sensación
de “nada genera placer en esta vida“dominan el humor.
Conclusión
Es
bien sabido por todos que el tabaco es altamente nocivo para la salud, pero aún
así condicionamientos psico-sociales reforzados
por los agudos intereses de quienes comercializan
tal veneno no permiten que fumar se transforme en un hábito en vías de
extinción.
Quizás
conocer las acciones de la nicotina en el cerebro humano y la imposibilidad
real de frenar voluntariamente los efectos perjudiciales que se disparan a los
pocos segundos de inhalarla, den lugar al reconocimiento del elevado y
pontencialmente letal costo que el efímero placer de fumar genera.
(Jimmy Pit)
No hay comentarios:
Publicar un comentario