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martes, 20 de marzo de 2012

VITAMINA E EL ELIXIR DE LA JUVENTUD

La vitamina E es un poderoso antioxidante que ralentiza el envejecimiento, mejora la circulación y sube el sistema inmunológico; es una vitamina liposoluble, es decir, que se almacena en las grasas del cuerpo; la forman un conjunto de sustancias llamadas tocoferoles y tocotrienoles, siendo el alfa-tocoferol es el más eficaz y numeroso.


Esta vitamina está siendo investigada desde hace años por su facultad de regenerar los tejidos, y proteger al organismo de diversos contaminantes.


Propiedades de la vitamina E
  • Ayuda al cuerpo a utilizar adecuadamente la vitamina A, la C, el complejo B y los ácidos grasos poliinsaturados o vitamina F.
  • Favorece la óptima oxigenación del organismo.
  • Elimina el excedente de líquido en los tejidos.
  • Impide la formación de coágulos y mejora la circulación de la sangre.
  • Protege al cuerpo de las consecuencias negativas de distintos contaminantes.
  • Previene la arteriosclerosis.
  • Mejora el sistema inmunológico, por lo que aumenta la resistencia a las infecciones.
  • Eleva la resistencia física ante los esfuerzos.
  • Previene el infarto de miocardio.
  • Equilibra el sistema nervioso.
  • Regula el sistema hormonal en las mujeres.
  • Mejora la memoria en las personas mayores.

Síntomas que indican falta de vitamina E

  • Cansancio inusual ante esfuerzos normales.
  • Irritabilidad y apatía.
  • Triglicéridos altos.
  • Retención de líquidos.
  • Varices o piernas pesadas.
  • Fuertes dolores menstruales.

Cuando hay que tomar más vitamina E

  • Cuando se padecen edemas.
  • En caso de anemia.
  • Cuando se sufre de fatiga permanentemente.
  • Si se nota que la capacidad de concentración está disminuida.
  • Quienes sufren arteriosclerosis.
  • Si se padece mala circulación.
  • Cuando las quemaduras o las heridas tardan en curar, o salen cardenales con excesiva facilidad. En estos casos, también puede haber carencia de vitamina C.
  • En caso de que se consuma habitualmente agua clorada.
  • Cuando se toman anticonceptivos.
  • Cuando se lleva una dieta muy baja en grasas, ya que esta vitamina necesita las grasas para que el organismo la absorba adecuadamente.
  • Cuando se tiene la piel muy seca.

Algunos alimentos ricos en vitamina E

  • Aceite de germen de trigo, de soja, de girasol, de oliva y de hígado de bacalao. Estos aceites contienen cantidades importantes de vitamina E siempre que sean prensados en frío.
  • Almendras.
  • La yema del huevo.
  • Aguacate.
  • Diente de león.
  • Espinacas.
  • Cereales integrales.
  • Pan integral.
  • Espárragos.

Vitamina E y cataratas

Según el Dr. Shambhu D. Varma del departamento de oftalmología de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) y otros investigadores, la vitamina E y la C protegen de las cataratas.

Según el Dr. Varma: “Queda demostrado que para conservar un cristalino flexible, transparente y sano se precisa una buena alimentación. Si una dieta alimenticia es pobre en vitaminas antioxidantes E y C, la instauración de cataratas puede acelerarse”.

Por otra parte, según una investigación publicada en Archives of Ophthalmology, las mujeres que toman más carotenoides, como la luteína y la zeaxantina, y más vitamina E tienen menos probabilidad de desarrollar enfermedades oculares como las cataratas.

Precauciones a tener en cuenta

Las personas que sufran diabetes, hipertiroidismo o tensión alta deben consultar con su médico antes de incorporar suplementos de vitamina E.

El exceso de vitamina E en el organismo produce diarrea, dolor abdominal, hemorragias, aumento de la tensión arterial y náuseas.

La saludable vitamina E

Pertenece al grupo de los antioxidantes, junto a la vitamina A, la C y el selenio. Esta probada su eficacia para combatir el envejecimiento, mejorar la circulación sanguínea y subir el sistema inmune. Además, diversas firmas cosméticas la utilizan en sus productos por su eficacia para crear colágeno.

Se acumula en los músculos, el hígado y en el tejido graso del cuerpo, por lo que no hay que abusar de los suplementos. Generalmente no se aconseja más de 400 a 800 UI al día.
La deficiencia de zinc en el organismo, puede provocar que también haya carencia de vitamina E.

                                                                                                                                (JIMMY  PIT)

martes, 13 de marzo de 2012

LA NICOTINA, SU EFECTO SOBRE EL CEREBRO

Si bien son los pulmones los órganos que inician la absorción de la nicotina contenida en el tabaco, es el cerebro su principal sitio de acción. La razón neurológica por la cual el tabaco es altamente adictivo se centra en su principal componente: la nicotina, y en los receptores cerebrales responsables de disparar la cascada de acciones que la nicotina genera en el organismo.


Las enfermedades inducidas por el cigarrillo son varias, a saber: cáncer de pulmón -principal causa de muerte secundaria al hábito de fumar-, alteraciones cardiovasculares, enfermedad pulmonar crónica severa, infecciones, diabetes, úlceras gastrointestinales, osteoporosis, trastornos reproductivos, complicaciones postquirúrgicas severas, retraso en la cicatrización de heridas, y alto riesgo de accidentes por quemaduras.

Ruta de la nicotina hacia el cerebro


El humo del cigarrillo libera nicotina, y al ser inhalado directa (fumadores activos) o indirectamente (fumadores pasivos), las pequeñas partículas de nicotina siguen el camino de las vías respiratorias superiores hasta llegar a los pulmones en donde rápidamente son absorbidas hacia la circulación venosa pulmonar y de allí hacia la circulación arterial en ruta directa hacia el cerebro.

Entre la inhalación del humo y la llegada de la nicotina al cerebro pasan apenas unos pocos segundos.

Acción de la nicotina en el cerebro


Una vez en el cerebro, la nicotina se une rápidamente a sitios específicos de los receptores colinérgicos nicotínicos (receptores que ligan principalmente al neurotransmisor acetilcolina), y desencadena la entrada de sodio o calcio a las neuronas (ambos con carga positiva).

El aumento de positividad dentro de las células cerebrales provoca la apertura de canales de calcio voltaje dependiente y una mayor entrada del mismo a las neuronas, creándose un ciclo vicioso entre la liberación de los neurotransmisores y la reentrada de calcio a las neuronas.

Los neurotransmisores, entre ellos la dopamina -crucial en todo proceso de adicción- liberados como respuesta a la interacción de la nicotina con los receptores, producen efectos de placer y recompensa; e instalan la necesidad de continuar fumando para obtener la sensación placentera, y para evitar los efectos indeseables de la abstinencia.

Dado que la nicotina, además, disminuye el umbral a la sensación de recompensa cerebral y teniendo en cuenta que este estado comienza a los pocos segundos de la inhalación y puede durar hasta 30 días, es fácil deducir la mortal trampa que el cigarrillo presenta cuando su hábito se torna inmanejable. La voluntad no cambia el proceso dado que la dependencia se basa en los cambios químicos y moleculares cerebrales disparados por la nicotina.

Tolerancia a la nicotina, abstinencia y adicción: mecanismos cerebrales


Los mensajeros químicos del cerebro o neurotransmisores que participan en el proceso de tolerancia, abstinencia y adicción a la nicotina son:
  • Dopamina: rol principal en la sensación del placer y de la recompensa, y en el refuerzo de la búsqueda de la fuente que genera ese placer (condicionadora del hábito de fumar).
  • GABA o ácido gamma aminobutírico: inhibe la liberación de dopamina, pero su efecto es transitorio.
  • Glutamato: entra en acción cuando el GABA se desensibiliza y genera un efecto opuesto. Reproduce y mantiene el nivel de excitación a través de la "ahora no controlada por el GABA" dopamina.
  • Hipocretinas: producidas en el hipotálamo lateral, regulan los efectos estimulantes de recompensa cerebral disparados por la nicotina.
Las regiones cerebrales que participan en el fenómeno nicotínico son esencialmente aquellas relacionadas con la liberación y acción de la dopamina y con la población de receptores nicotínicos, sumadas sus interconexiones cerebrales, a saber:
  • Área mesolímbica (relacionada con el procesamiento de las emociones)
  • Cuerpo estriado
  • Corteza Frontal
  • Área tegmental ventral, cerebro medio y núcleo accumbens (áreas cruciales en la sensación de recompensa inducida por el consumo de drogas)


Neuroadaptación a la nicotina


La consecuencia del consumo habitual de nicotina genera un aumento de los sitios de unión a la misma en los receptores colinérgicos cerebrales (más nicotina llega al cerebro, más sitios de unión se crean), razón por la cual para mantener los sitios ocupados y mantener un nivel de placer estable, el fumador requerirá cada vez mayores “dosis“ de nicotina. Se cree que la desensibilización de los receptores es la causa del aumento de los sitios de unión a la nicotina. Este proceso recibe el nombre de “neuroadaptación” o el más usado término de “tolerancia“.

A la cascada de eventos, agrega Benowitz, se suma el factor liberador de corticotrofina extra-hipotalámico, el cual estimula la liberación del mismo factor a nivel cerebral (amígdala) durante el período de abstinencia, generando mayor estrés y ansiedad.

Síntomas de abstinencia a la nicotina


Los efectos placenteros secundarios al acto de fumar, así como los posibles efectos subjetivamente "positivos" para el fumador (aumento de placer, disminución de la ansiedad y del estrés, facilitación de la digestión, mayor concentración en algunas tareas y pérdida de peso) se instalan tan rápido como se instala la dependencia a la nicotina.

El fumador irá por más para sentir lo mismo, y ahí reside la gran trampa, porque cada vez necesitará más para sentir lo mismo, mecanismo fundamental (y altamente nocivo) de toda adicción.
La sensación de falta de nicotina en el cuerpo genera irritabilidad, depresión, cansancio, insomnio, ansiedad, y en algunos casos cuadros que podrían ser confundidos con patologías psiquiátricas en las cuales la anhedonia o sensación de “nada genera placer en esta vida“dominan el humor.

Conclusión


Es bien sabido por todos que el tabaco es altamente nocivo para la salud, pero aún así condicionamientos psico-sociales reforzados por los agudos intereses de quienes comercializan tal veneno no permiten que fumar se transforme en un hábito en vías de extinción.

Quizás conocer las acciones de la nicotina en el cerebro humano y la imposibilidad real de frenar voluntariamente los efectos perjudiciales que se disparan a los pocos segundos de inhalarla, den lugar al reconocimiento del elevado y pontencialmente letal costo que el efímero placer de fumar genera.   

                                                                                                                                            (Jimmy Pit)


viernes, 9 de marzo de 2012

EL ESTORNUDO

Los egipcios y los griegos consideraban q el estornudo era un augurio. De esta forma, era bueno estornudar por la tarde, mientras q hacerlo al levantarse de la cama o de la mesa podía reportar consecuencias negativas. Pero había más. La persona que estornudaba al nacer era considerada por todos alguien dichoso, y más detalles. El estornudo hacia la izquierda era un signo de mala suerte, mientras que si se producía hacia la derecha la suerte que se auguraba era buena.

Ante todo esto era necesario tomar precauciones, así que los griegos cada vez que estornudaban, solían exclamar ¡vivid! ó ¡que Zeus te conserve! Por su parte, los romanos empleaban la expresión ¡ salve !.

Durante la epidemia de peste que hubo en Roma en el año 591, bajo el pontificado de Gregorio I, los enfermos morían estornudando, por lo que cada vez que alguien escuchaba el sonido de un estornudo gritaba: ¡Dios te bendiga!, una expresión que se simplificó en ¡salud! o ¡Jesús!. Esta costumbre ha trascendido a la actualidad, aunque curiosamente, cada vez que le decimos estas cosas a alguien que estornuda, le estamos advirtiendo de la proximidad de la muerte.

Normalmente estornudamos porque la mucosa nasal se irrita, debido a elementos extraños en las vías respiratorias. El estornudo cumple así, la función de mecanismo de defensa del aparato respiratorio.

Las células nerviosas que se encuentran en la cubierta de la nariz se excitan al ser activadas por estos elementos extraños y envían impulsos a la base del cerebro (llamado Bulbo raquídeo o Médula oblongada).

En el bulbo raquídeo se controlan las acciones involuntarias, q se realizan sin pensar, como por ejemplo, respirar, por ello, el estornudo es un acto reflejo.
El cerebro envía entonces una señal a los músculos del pecho, y estos se convierten en un espasmo, apretando el aire de los pulmones.

Primeramente se produce una inhalación de aire (2 litros aprox.) q llegan a los pulmones. Luego los músculos abdominales hacen subir el diafragma para aumentar la presión en los pulmones.

Mientras tanto, los músculos de la faringe, un tubo q está detrás de la garganta, se cierran también, esto hace más difícil (aunque no imposible) q el aire salga por la boca.

El aire sale entonces disparado por la boca y la nariz, a una velocidad promedio de entre 110 y 160 kilómetros por hora; es muy difícil para una persona mantener los ojos abiertos mientras estornuda, ya que forma parte del acto reflejo.

Se cree q es una medida para q el aire no salga por los lacrimales de los ojos, ya q estos están conectados con el sistema respiratorio, y esto podría desplazar levemente los globos oculares de su sitio (sin salirse de las órbitas).

También hay una predisposición a pensar q es un acto de protección de los ojos frente a las bacterias q expulsamos en el estornudo. Otro efecto, es q es casi imposible estornudar sin mover la cabeza, sólo si el estornudo es muy suave.

Esto es debido a q el movimiento de la cabeza hacia adelante ayuda a expulsar las sustancias irritantes del aparato respiratorio.
    
                                                                                                              ( Jimmy Pit)

martes, 6 de marzo de 2012




Dra. Isabel García Peláez
Para los tenaces alumnos de medicina

Benito estaba en animada conversación con las células del epitelio de la amígdala. Las células epiteliales formaban un grupo simpático. Eran muy unidas y jóvenes.

Su vida no es muy larga por eso la disfrutaban. Uno de sus juegos favoritos era burlarse de este joven linfocito B.


Benito no la vio llegar, de hecho quería pasar desapercibida, pero el antígeno de la membrana de Benito la atrapó. La bacteria supo en ese momento que estaba perdida. Benito sabía que tendría que encontrar rápidamente a Teo.

Lo de menos era esa bacteria que conocía muy bien ya que había sido capacitado para reconocerla, ésta ya no haría daño, pero donde hay una hay millones. Era urgente dar la voz de alarma. Pero ¿dónde estaba Teo?

Teo estaba, como de costumbre, haciendo su recorrido por la amígdala asegurándose de que el territorio estuviera limpio de intrusos. Se acercaba a los linfocitos B por si estos tenían algún reporte de elementos peligrosos.

El que se dirigiera a los B no era un capricho, Teo era un linfocito T cooperador tipo 2 por lo que su trabajo era colaborar con los linfocitos B.

Tomó un descanso acomodándose entra las fibras de colágena. Cerca se encontraba un fibroblasto que se empeñaba en interrumpir su reposo con sus continuas quejas.

-Este trabajo es agotador. A la primera señal de alerta todos se alborotan, y claro con eso que tienen que eliminar al enemigo… pues se llevan todo por delante y dejan la matriz extracelular hecha un asco. ¿Y quién la repara?, pues su esclavo, el fibroblasto.

Teo trataba de ignorar al gruñón cuando unas vibraciones en las fibras lo alertaron. Benito se precipitó hacia él. Para cuando encontró a Teo, Benito ya había procesado a la bacteria y presentaba el antígeno bacteriano en su membrana acoplado al MHC II.
El MHC II es el complejo mayor de histocompatibilidad tipo II que permite a las células como Benito, macrófagos y células dendríticas poder presentarles los antígenos a los linfocitos T cooperadores para que se desate la reacción inmunológica; la guerra contra los intrusos.

Cuando Benito se encontró con Teo todo sucedió rápidamente. Conocían bien su trabajo, estaban bien capacitados y se entendían bien. El antígeno presentado por Benito se unió al receptor de Teo. Teo sintió un cambio interno y empezó a expulsar interleucinas.

Las interleucinas cayeron sobre Benito y sintió como se iniciaba su mitosis, ahora eran muchos Benitos dividiéndose. Unos quedarían como linfocitos B de memoria y otros se estaban transformando en células plasmáticas. Las células plasmáticas comenzaron a secretar anticuerpos que comenzaron a pegarse a las bacterias.

- Ahora si, gritó Benito, ahora están perdidas.

Las bacterias vieron como se aproximaban los neutrófilos y los macrófagos. Las prolongaciones de estas terribles células reconocieron a las bacterias, por los anticuerpos adheridos a sus paredes, las rodearon y las fagocitaron.

Benito observaba entusiasmado como otras células también se abrían paso a través de los capilares para participar en la batalla. En un momento dado todas estaban en la refriega: linfocitos, neutrófilos, basófilos, NK etc.

Poco a poco todo se fue calmando. Teo agotado se aproximó a Benito. Ambos amigos se miraron con satisfacción y orgullo. Su primera batalla había sido todo un éxito.

Comenzaron a comentar anécdotas cómo la de los gordos e inofensivos monocitos que se transformaban en terribles macrófagos y se lanzaban sobre las bacterias atragantándose con la fagocitosis.

Mientras los linfocitos charlaban ya relajados con la alegría de la tarea bien hecha, los macrófagos fagocitaban los restos de la reyerta y los fibroblastos, trabajadores infatigables, comenzaban a reparar los daños.



CUENTO DOS LINFOCITOS Y UN DESTINO

Todo comenzó en la médula ósea. La célula reticular consideró que ese par de linfocitos ya estaban lo suficientemente desarrollados para comenzar su educación formal. Ya era el momento de que conocieran cual era su destino.


Dirigiéndose a la pareja de linfocitos les dijo

- Desde ahora tú te llamarás Benito, porque eres un linfocito B y tu Teo porque eres un linfocito T. Su tarea será transcendental. Van a ser los responsables de defender a su mundo de los intrusos: bacterias, virus, toxinas, células psicópatas que se transforman y muchos otros enemigos que ya irán conociendo durante su capacitación.

Los linfocitos quedaron confundidos, demasiadas noticias juntas. La tarea era demasiado importante y arriesgada, y además, no sabían que significaba ser T o B, pero durante su larga y dura capacitación se irían dando cuenta de esto.

Hasta ahora todo había sido fácil en la médula ósea. Crecieron en un ambiente protegido por las células reticulares y rodeados de una matriz acogedora en la que podían columpiarse con las fibras reticulares, jugar con otros linfocitos, burlarse de los adipocitos y cuidarse de los macrófagos.

Pero no estaban preparados para lo que iba a suceder. La célula reticular les informó que Benito continuaría su educación en la médula ósea, pero Teo, como era un linfocito T, tendría que abandonar el hogar y aventurarse a un órgano desconocido: el timo, en el cual tendría lugar su educación final.

Tendrían que separarse y quien sabe cuando volverían a encontrarse. Quizá nunca, pero el destino decide.

Teo se despidió con tristeza de su amigo. Benito lo vio como, con dificultad, se introducía en un sinusoide y se perdía de vista arrastrado por la circulación.

El viaje fue accidentado. Los eritrocitos corrían como locos empujándose unos a otros arrastrando a Teo en esta carrera frenética por el laberinto de los vasos.

Por fin el viaje acabó con Teo en el interior del Timo. Allí se encontró con otros linfocitos T pero no había rastros de Benito, los linfocitos B estaban excluidos.

La capacitación fue difícil, más aún, era cuestión de vida o muerte. Las células dendríticas y las reticuloepiteliales, maestras despiadadas e intransigentes, lo retaban y tenía que responder, porque si no respondía, pena de muerte y si respondía mal también.
Si no pasaba las pruebas correctamente tendría que suicidarse y los macrófagos se encargarían de eliminar sus restos.

Teo fue ganando confianza a medida que las pruebas se sucedían mientras se desplazaba por el timo. Cuando llegó a la médula del timo ya era un linfocito capacitado y seguro de si mismo. La experiencia lo había hecho madurar; ya no tenía miedo al destino.

Antes de abandonar el timo la célula retículoepitelial le dio las últimas indicaciones.
- Teo me siento muy orgullosa de ti. Has pasado todas las pruebas con éxito, más aún conseguiste el título de Linfocito T cooperador. ¿Sabes lo que significa esto?

Teo si lo sabía. Durante su capacitación lo había comentado con sus otros compañeros. El linfocito T cooperador es el estratega, es el que da las instrucciones a los otros linfocitos y otras células beligerantes; es el cerebro en la guerra por la supervivencia.

El trabajo del linfocito T citotóxico es más operativo ya que se enfrenta directamente al enemigo. Lo habían discutido en los escasos momentos de descanso durante su capacitación. El destino lo había decidido; él era un cooperador y se sentía muy orgulloso de esto.

Estaba impaciente por iniciar los retos reales, ya estaba bien de simulacros.

Antes de abandonar el timo le preguntó a la célula retículoepitelial

- ¿Dónde realizaré mi trabajo?

La célula contestó

- Introdúcete en un capilar y déjate llevar por la circulación. Cuando llegues a tu destino lo sabrás.

La célula retículoepitelial lo vio alejarse con satisfacción, orgullo y tristeza. Había sido un excelente alumno. Había sido duro para ambos el entrenamiento pero Teo había respondido con valor y capacidad.

Le entristecía la despedida pero se recobró; otros linfocitos necesitaban de su trabajo.

Otra vez el viaje vertiginoso pero esta vez Teo soportó las incomodidades porque estaba emocionado. Ahora si sabía cuál era su trabajo, confiaba plenamente en sus capacidades y estaba impaciente por iniciar su trabajo.

De repente se encontró en la amígdala. Buen destino. Mucha chamba pero divertida y variada.

Que se fueran preparando virus, bacterias y demás.
Mientras Teo inspeccionaba su nuevo hogar algo llamó su atención. Alguien trataba de salirse de un capilar.

Las paredes del capilar cedieron y un linfocito entró precipitadamente rebotando contra una fibra de colágeno. Teo no lo podía creer y exclamó

- Benito ¿eres tú? Apenas te reconozco, pero ningún otro atravesaría así los capilares.

Se pusieron al día en sus vidas. Aunque Benito se había capacitado en la médula ósea no por esto había sido menos difícil.

Las experiencias, las lecciones y los riesgos habían sido los mismos. Se contaron sus anécdotas y descubrieron con satisfacción que trabajarían juntos.

A Benito, en un principio, le molestó que su amigo fuera ahora su jefe, con lo que le gustaba mandar, pero Teo eliminó sus temores y le hizo ver que lo más importante era que ahora podrían estar juntos, correr aventuras y seguir siendo los mejores amigos.

El destino había decido.

Así transcurrió la conversación, fluyendo suavemente, arrullada por el transito en los capilares y el ronroneo de los fibroblastos en su continuo trabajo de secreción.